Determinar una variedad de uva a partir de una cata a ciegas requiere de sentidos entrenados,
conocimiento de las características de las diferentes variedades de uva y de las variedades de
producción de vino. Dependiendo del suelo, la ubicación, el microclima, el cuidado de la vid, la edad
de la vid y la vinificación, se producen diferentes vinos de la misma variedad. Sin embargo, la mayoría
de las variedades de uva tienen ciertas estructuras olfativas y de color básicas típicas. Estos forman la
base para el grape?finder. Con la crianza de un vino esta característica desaparece. Aunque el
buscador de uva tiene en cuenta los aromas típicos de la crianza, cuanto más viejo es un vino, más
difícil es diferenciarlo.
En los ensamblajes, una variedad dominante puede mostrar su carácter, incluso con una pequeña
proporción. Sin embargo, una mezcla puede generar su propia imagen aromática, lo que dificulta o
incluso imposibilita el reconocimiento de los componentes individuales.
Hemos registrado exclusivamente vinos monovarietales y asignado los aromas a las variedades de
uva sobre la base de nuestras propias notas de cata y de la literatura relevante. A los aromas que se
consideran típicos de la variedad se les da mayor peso que a otros aromas que puedan presentarse.
La globalización de muchas variedades, que antes se consideraban autóctonas, amplió su espectro de
sabores: un Nebbiolo de México tiene un color oscuro y denso y, por lo tanto, muy lejos de su origen
piamontés con un color más brillante. Por lo tanto, el buscador de uvas sólo tiene en cuenta las notas
de cata de los vinos que más reflejan el carácter básico de una variedad de uva.